Serie: La Bendiciòn de ser un Esclavo parte 1 "Soy Cristiano"
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¿QUÉ SIGNIFICA SER CRISTIANO?
¿QUÉ SIGNIFICA SER CRISTIANO?
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
¡Soy cristiano! una frase muy común que hoy en día decimos.En muchas ocasiones la usamos como que vean que somos honestos o para que nos en trabajo u otro beneficio.
Ahí está el deportista levantando su camisa diciendo que es cristiano… ¿Eso eso ser cristiano?
Ves a personas salir de su vencindario con corbata y vestidos un domingo,con una Biblia en un brazo,la gente piensa,ahi van unos cristianos....¿Eso eso ser cristiano?
A mediados del segundo siglo,durante el reinado de Marco Aurelio.El cristianismo era ilegal y los creyentes por todo el Imperio Romano enfrentaban la amenaza de la prisión,la tortura o la muerte en el momento que se identificaban como cristianos.
Para estos creyentes fieles,el nombre “cristiano” era mucho màs que una mera designaciòn religiosa.Esto definìa todo acerca de ellos,incluyendo còmo se veìan a sì mismos y al mundo a su alrededor.El sello enfatiza su amor por el Mesìas crucificado justo a la disposiciòn a seguirle sin importar el costo.Esto habla de la transformaciòn total que Dios habìa producido en sus corazones y daba fe de esa realidad.
Ellos habían muerto a su antiguo modo de vida,habiendo nacido nuevamente en la familia de Dios.Cristiano no era simplemente un título sino una forma completamente nueva de pensamiento,una que tenia serias implicaciones por cómo vivían,y finalmente cómo morían.
Hoy estudiaremos: ? que significa ser cristiano?
DESARROLLO
DESARROLLO
Los primeros cristianos tenían muy claro lo que significa decir: “Soy cristiano”.Sin embargo,pregunte hoy lo que significa.
Es interesante ver que los seguidores de Jesucristo se les llamò cristianos entre 10 a 15 años despuès del inicio de la iglesia:
Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
Antes de ese tiempo se les conocìa como discipulos,hermanos,creyentes,santos y seguidores del Camino por referencia Cristo en:
Antes de ese tiempo se les conocìa como discipulos,hermanos,creyentes,santos y seguidores del Camino por referencia Cristo en:
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Que a alguien le llamaran “cristiano” (en griego,Christianoi) era que le identificaban como discípulo de Jesucristo y lo asociaban con Èl como seguidor.
Ser cristiano,en el sentido real del tèrmino,es ser seguidor incondicional de Cristo.Como lo dijo el mismo Señor:
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,”
“me siguen” Sugiere mucho màs que una asociación superficial con Cristo.En lugar de ello,demanda un efecto profundo por Èl,lealtad a Èl y sumisión a su Palabra.
En el aposento alto,Jesùs dijo a sus discìpulos:
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Antes le habìa dicho a las multitudes que juntaban para escucharlo:
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
“...Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos”
En otro lugar:
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Cuando nosotros mismos nos llamamos cristianos,proclamamos al mundo que todo sobre nosotros,incluyendo nuestra personalidad,se cimenta en Jesucristo porque nos hemos negado a nosotros mismos para seguirlo y obedecerlo.
Èl es tanto nuestro Salvador como nuestro Soberano y nuestras vidas se centran en agradarlo a Èl.Profesar el tìtulo es decir con el apòstol Pablo:
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
El término cristiano se ha convertido en el sello predominante de aquellos que siguen a Jesús.
Irónicamente,la palabra misma solo aparece tres veces en el Nuevo Testamento;dos en el libro de los Hechos y una en
En adición a eso,la Biblia utiliza una serie de términos para identificar a los seguidores de Jesús. La Escritura nos describe como forasteros y extranjeros de Dios,ciudadanos del cielo y luces para el mundo.Nosotros somos herederos de Dios y coherederos con Cristo,miembros de su cuerpo,ovejas de su rebaño,embajadores a su servicio y amigos alrededor de su mesa.Se nos llama a competir como atletas,a luchar como soldados,a permanecer como ramas en una vid y hasta desear su palabra como niños recién nacidos que anhelan la leche.Todas estas descripciones ,en su forma única y propia nos ayuda a entender lo que significa ser cristiano.
No obstante,La Biblia utiliza una metáfora(comparación) con mas frecuencia que estas definiciones de lo que significa seguir a Jesús. Es la imagen de un ESCLAVO.
Una y otra vez a través de las página de la Escritura,se hace referencia a los creyentes como ESCLAVOS DE DIOS Y ESCLAVOS DE CRISTO.
Los primeros creyentes reiteradamente se referían a sí mismos en el Nuevo Testamento como los esclavos del Señor.Para ellos era un sinónimo,ser cristiano era ser esclavo de Cristo.
El Nuevo Testamento refleja esta perpectiva,ordenando a los creyentes a someterse a Cristo completamente y no solo como siervos contratados,sino como quienes pertenecen por entero a Èl.Se nos pide obedecerlo sin preguntas y seguirlo sin reclamos.Jesucristo es nuestro Amo,un hecho que reconocemos cada vez que lo llamamos “Señor”.Somos sus esclavos,llamados para obedecerlo y honrarlo humilde e incondicionalmente.
Hoy en las iglesias no escuchamos mucho acerca de este concepto.
En el cristianismo contemporàneo se habla de èxito,de la salud,de la riqueza,de la prosperidad y de la bùsqueda de la felicidad.
Con frecuencia escuchamos que Dios ama a las personas incondicionalmente y quiere que sean todo lo que ellos quieren ser,que quiere que cumplan cada deseo,esperanza o sueño.
La ambiciòn personal,la realizaciòn personal,todo esto ha llegado a ser parte del lenguaje “cristiano actual”,y parte de lo que significa tener una relaciòn personal con Jesucristo.
En lugar de enseñar el evangelio del Nuevo Testamento,donde se llama a los pecadores a someterse a Cristo,el mensaje contemporàneo es exactamente lo opuesto:Jesùs està aquì para cumplir todos tus deseos.
Èl es el Amo y Dueño.Nosotros somos su posesiòn.Èl es el Rey,el Señor y el Hijo de Dios.Nosotros somos sus objetos y sus subordinados.En una palabra,nosotros somos sus esclavos.
OJO VEA QUE INTERESANTE
En casi todas las versiones al español la palabra griega para esclavo “doulos en griego”la tradujeron como siervo.Aunque la palabra esclavo(doulos en griego)aparece 124 veces en el texto original,solo una vez està correctamente traducida en la Reina Valera 1960.
Aunque es cierto que las obligaciones de esclavo y siervo podrìan ser similares,hay ciertas diferencias:
Los sirvientes se contratan;los esclavos se poseen.Los siervos tienen un elemento de libertad al elegir para quién trabajan y qué hace.La idea de servidumbre mantiene cierto nivel de autonomía propia y derechos personales.Los esclavos,por su parte,no tienen ni libertad,ni autonomía,ni derechos.Ser esclavo de alguien era ser su posesión,atado a obedecer su voluntad sin dudar.
A pesar de la confusiòn causada por la traducciòn,eruditos destacados y pastores han reconocido este concepto.
Charles Spurgeon,el gran predicador inglès del siglo 19:
“Donde nuestra autorizada versión delicadamente pone “siervo” en realidad es “esclavo”.Los santos se deleitaban en contarse como propiedad absoluta de Cristo,comprados por Él,propiedad de Él y completamente a su disposición.”
Ya no nos pertenecemos,fuimos comprados.”
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
“por precio”. La sangre preciosa de Cristo
“glorificad… Dios”. El propósito supremo del cristiano
Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gàlatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (). Nashville, TN: Thomas Nelson.
La importancia del servicio y reconocimiento del llamado hacía este, no de cualquiera, sino del Dios Supremo y por tanto Su llamado Supremo. Somos siervos del Señor Dios, y cuando la Iglesia de Jesucristo, cuando el cuerpo de Cristo al fin empiece a darse cuenta de quienes somos en verdad, podremos tener un impacto en este mundo que será sumamente irresistible.
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Basado en . Hemos olvidado a Quien estamos sirviendo. Nuestra tendencia es siempre a olvidar y en el ministerio hacemos el servicio como si fuera hacia un hombre y no a Dios, y como consecuencia, muchas veces lo hacemos, no con una buena disposición, sino, con enojo, molestia y mal hecho. ¿Realmente a quien servimos? ¿Tenemos claro que el servicio es a Dios y no a los hombres, pero que se refleja hacia ellos? Cada creyente que ha aceptado a Jesucristo como Salvador y es hijo de Dios (), es un siervos de Dios, si actúa como tal o no, es otra cosa. Si quiere que tu vida cuente y Dios le honre, si quieres lo mejor, entonces SIRVA.
Hemos olvidado a Quien estamos sirviendo. Nuestra tendencia es siempre a olvidar y en el ministerio hacemos el servicio como si fuera hacia un hombre y no a Dios, y como consecuencia, muchas veces lo hacemos, no con una buena disposición, sino, con enojo, molestia y mal hecho. ¿Realmente a quien servimos? ¿Tenemos claro que el servicio es a Dios y no a los hombres, pero que se refleja hacia ellos? Cada creyente que ha aceptado a Jesucristo como Salvador y es hijo de Dios:
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
(), es un esclavo de Dios, si actúa como tal o no, es otra cosa. Si quiere que tu vida cuente y Dios le honre, si quieres lo mejor, entonces SIRVA como un esclavo.
Evalué su Compromiso.
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
¿Ha evaluado usted alguna vez su nivel de compromiso con el Señor? Lamentablemente, muchos cristianos han cruzado la puerta de la salvación y se han instalado en sus bancas, sin esperar nada más. Pero Cristo quiere que tomemos la decisión de dejar que Él sea el Señor de nuestra vida. Esto requiere que renunciemos a todos nuestros derechos, y reconozcamos que Él es quien traza el curso. Nuestra responsabilidad es únicamente obedecer.
Pero nuestra tendencia natural es limitar las áreas a las que damos acceso a Dios. El día en que usted puso su fe en Cristo como su Salvador, ¿se quedó con el título de propiedad de su vida? ¿Ha dibujado un círculo que dice: “Esta es el área en la que te serviré, Señor, pero no me pidas que vaya más lejos”? Si es así, usted no ha reconocido que cuando Cristo le perdonó, también le compró para Él. Todo lo que usted es y tiene, le pertenece al Señor. El colmo de la soberbia es reclamar autoridad sobre lo que ya no le pertenece.
Cuando el Señor nos desafía a hacer algo más allá de los límites que nos hemos fijado, nos está llamando a un mayor nivel de compromiso. No importa qué tan dedicados podamos estar actualmente, ninguno de nosotros ha alcanzado el máximo nivel. Cada reto es una oportunidad para dar a Cristo total autoridad sobre cada aspecto de la vida.
Su nivel de compromiso con Dios es el mismo grado de obediencia a cualquier cosa que Él le pida que haga. Por haber sido comprados con la sangre de Cristo, somos de Él no solo porque nos ha comprado, sino además por su amor incondicional con el que nos ha amado.
CONCLUSIÒN
CONCLUSIÒN
Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave.
Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte. Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?
El Precio de Huir de Dios
Usted pensaría que una peligrosa tormenta en el mar, y unos pocos días en el vientre de una ballena harían reflexionar seriamente a una persona. Pero, si ese hombre es Jonás, estaría equivocado. Los últimos párrafos de su libro muestran a un profeta vengativo cuyo cuerpo había obedecido al Señor, pero cuyo corazón seguía todavía huyendo.
Jonás pagó un precio monetario por haber huido de Dios: su costoso boleto a Tarsis , además de las consecuencias físicas que sufrió. Sin embargo, una vez que esos hechos quedaron en el pasado, Jonás siguió confrontando el costo espiritual de su huida. No tenía paz ni gozo, sino una amargura tan grande que le rogó a Dios que le diera alivio enviándole la muerte.
Como creyentes, no podemos desobedecer al Señor y no pagar un precio. Nuestra vida espiritual se debilita. Las destrezas y las habilidades que Dios nos ha concedido se atrofian por la falta de uso, mientras perdemos el tiempo huyendo. Y también nos arriesgamos a tener pérdidas en otros aspectos a medida que aumentan las consecuencias de nuestras acciones. La familia, las finanzas, la salud y otras cosas más pueden verse afectadas por el pecado.
Usted quizás tenga algún hábito o plan que sabe que desafía la voluntad de Dios. ¿Ha considerado el precio? Aunque Satanás pueda decirle lo contrario, el pecado acarrea consecuencias. Dios no podría seguir siendo santo y justo si permitiera que las personas pecaran sin ser castigadas. El costo de seguir nuestra propia voluntad es alto. Solo vea la desdicha de Jonás por las decisiones que tomó. La recompensa por obedecer a Dios es mucho más grata.
EXAMPLE Jesùs y el equipo de futbòl.
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